Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

Mi ángel

No levantaba ni tres palmos del suelo cuando comencé a oír tu nombre, Fernando, no levantaba ni tres palmos del suelo cuando comenzaron a alagarme con nuestro parecido y no levantaba ni tres palmos del suelo cuando te empecé a querer. Resulta extraño, nunca conseguí tener contacto contigo, ni tan si quiera te dio tiempo a acariciarle la enorme barriga a mi madre y con perdón de la blasfemia, pero qué putada. Dicen que abrí los ojos y pudieron vislumbrar tu alma rocanrolera, esos ojos verdes que tanta gente adjetiva de traicioneros, que crean adicción y dudas, esos que solo tenemos tú y yo de entre toda la gente que comparte nuestro apellido. A medida que crecía todas las personas que tuvieron el privilegio de un ínfimo contacto contigo me asemejaban a ti... Y luego estaba mamá, tu hermana, la misma que lloraba cuando decía: ‘Eres exactamente igual que el’ y luego comenzaba a describirte con muchísimo mimo cuidando tu recuerdo aún, entre paños, evitando que se rompa, se olvide. ¿S...

3

Tres, gracias a ti no creo en las supersticiones siempre tuve una idea errónea sobre los números impares, sobre lo que puede implicar una cifra más, un segundo más, un euro más… y al final, acabas por reconocer que realmente en tu vida no necesitas más. En mi casa somos tres, siempre tres, tres mujeres para ser exactos, torbellinos de carácter exagerado que hacen de este lugar hostil un hogar. Risas, siempre hay risas, y es lo que más valoro en la vida, porque cada vez que veo a mi hermana y a mi madre reír siento que vuelvo a nacer, que siempre quedan razones y motivos. Tres, siempre tres, coordinadas para sentirnos violentas ante la llegada de extranjeros a nuestra humilde morada que siempre huele a café con ese toque final al entrañable suavizante de la ropa. Tres, siempre tres, con nuestros respectivos habitáculos que se convierten frecuentemente en lugar de reunión ya que se nos dificulta eso de estar separadas. Tres, siempre tres, respetando nuestros horarios predeterminad...

Malos presentimientos

Siempre que nos adentramos en una habitación nueva captamos una sensación, nunca sabemos exactamente de donde proviene, pero nos crea un sentimiento, de aversión o simpatía, que se reitera cada vez que volvemos a entrar. 26 de diciembre, día en el que comienza la acampada de navidad en mi grupo scout. Yo, como monitora no tuve oportunidad de decisión y obligada fui en coche con un compañero mientras el resto iban en un cómodo bus. A medida que nos acercábamos al congelador Navalguijo todo se iba oscureciendo, los árboles iban cerrándose dificultando la llegada a la meta y durante el avance la civilización cercana iba desapareciendo. El albergue estaba escondido, tanto, que perdí la cuenta de las veces que tuvimos que retroceder sobre nuestros propios pasos. Entre uno de los muchos intentos vislumbramos un sendero y, arriesgando nuestra vida y los bajos del coche decidimos seguirlo, tras muchas dificultades conseguimos llegar a la cima, lo que vi no me gustó. Bajé del coche, necesi...

Miedo en masculino

Las noticias crean opinión, reflexión y en muchos casos causan un impacto tremendo. Diana Queer era una chica normal de 18 años, viviendo una noche normal de fiesta y con unas ganas normales de llegar a su hogar, ponerse su pijama, acostarse en su cama y pensar que esas cosas que cuentan en las noticias de otras chicas no ocurren, o que por lo menos a ella no. Eso es lo que pienso yo cada vez decido volver a mi casa, ahora teniendo un pensamiento enfocado desde otra perspectiva, yo también puedo ser esa desafortunada chica. Injusticia es la palabra que define esta deficiente situación, nos trasformamos en animales que no poseen ningún tipo de control sobre sus instintos que son activados tras oír una negativa por respuesta, que atrapan a la presa, la desguazan física y psicológicamente y esconden sus restos. Sin pensar absolutamente nada, ni su familia, ni la de la inocente niña, ni en la cárcel como castigo, ni en la muerte como otro de ellos, ni en el incierto futuro de ambo...

D

Cualquiera te podría decir que eres guapísimo…   Pero no cualquiera podría admirarte y apreciar cada fallo como el mejor de los regalos, no cualquiera podría considerar tu risa como la mejor de las melodías escritas y no cualquiera podría llorar al asumir que ya no se acuerda de como sonaba. No cualquiera apreciaba tanto tus manos y no a cualquiera se le era permitido perturbar cualquier parte de mi cuerpo como tú lo hacías, no cualquiera lloraba de miedo solo de pensar que tu algún día no seguirías mi senda. Tampoco cualquiera se planteaba una vida a tu lado, con una casa, un lugar y unos nombres prescritos de dos niños preciosos de piel morena y ojos verdes. No cualquiera te presentaría a su familia, amigos y personas más preciadas con la intención de que te quedaras para siempre. No cualquiera hubiera embotellado tu olor para que aun que ya no estés poder recordarlo cada día que me faltas. No cualquiera me hacía llorar de la risa o me hacía pasar tan rápido de una a l...